Adiós, Aysel. adiós.
nunca me olvides, cielo.
Anhelos rotos del Requiem del corazón
se acaban al empezar los sueños.
Las almas lloran, ojos me hablan
y los caminos se entrecruzan,
aún nos quedan muchas copas
llenas de lágrimas fogosas.
Adiós, Aysel, adiós querida...
Lord Constantine